Al aplicar las matemáticas a la vida real, con frecuencia se usan ecuaciones como modelos matemáticos. Si se desarrolla un modelo matemático con el fin de representar los datos reales, debe esforzarse por alcanzar dos objetivos a menudo contradictorios: Precisión y Sencillez. Es decir, el modelo deberá ser lo bastante sencillo como para poder manejarlo y lo suficiente preciso como para producir datos significativos.
La siguiente ecuación cuadrática muestra un modelo para pronosticar el nivel de CO2 en el año 2035, donde "t" es el tiempo, y t=0 representa el nivel en el año 1960:
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